domingo, 11 de noviembre de 2012

"El tupperware"

Cuando la gerencia nos comunicó que a partir de un determinado mes no iba a pagarnos más la manutención del día de guardia la indignación entre los médicos fue total. Nos parecía de una racanería supina. Una forma muy poco elegante de ahorrarse unos euros. Como ocurre con todas estas imposiciones la única opción que te queda es, ya sabes, “ajo y agua”. Sin embargo, muchos comenzaron a traer su comida de casa en un tupperware, y junto con otros compañeros reunirse para comer en la cafetería del hospital.

Gracias a esto la hora de la comida ya no ha vuelto a ser la misma. Las mesas se llenan de recipientes de plástico con auténticos manjares exquisitamente elaborados. Los olores se mezclan en un ambiente distendido donde las conversaciones ya no son acerca de los pacientes. La preparación de los platos, la utilización de tal o cual especia, las técnicas de cocina más novedosas han sustituido a tediosas conversaciones sobre un medicamento o una nueva prueba diagnóstica. Los cirujanos ya no presumen de sus habilidades manuales para extirpar una vesícula o realizar una sutura dentro de la barriga del paciente, ahora lo hacen de la importancia del tamaño de las burbujas al batir las claras cuando hacen un suflé. Los internistas, como no podía ser de otra manera, nos deleitan con recetas interminables donde detallan el tiempo exacto de cada paso o los miligramos de cada uno de los ingredientes. Los demás escuchamos atentamente los conocimientos culinarios de nuestros compañeros, sin acordarnos ni siquiera de los aburridos tiempos pasados.

Tengo miedo a que la gerencia se de cuenta de que nuestras detestadas guardias se han convertido en un día anhelado por todos nosotros. Porque si es así, es probable que pronto nos hagan pagar por ir hacer la guardia. La verdad es que nos quejamos de vicio.

1 comentario:

  1. Que extraños somos los humanos...

    Nos van dando todas del mismo lado y aún tenemos arrestos para buscar el lado bueno de cada situación.

    Claro, que corréis el riesgo de que se den cuenta y os vuelvan a dar la comida sólo por fastidiaros las tertulias gastronómicas.

    Sea como sea, es bueno que siga habiendo gente como tú, que se lo curre y busque el lado "Baloo" de la vida.

    Abrazos

    ResponderEliminar