A
“nuestros” políticos se les llena la boca día tras día
diciéndonos que en unos meses a este país no le va a conocer ni la
madre que le parió debido a las innumerables reformas que están
realizando en sanidad, justicia, educación,.... Yo no puedo hablar
de lo que no conozco pero lo que es en sanidad, que es donde trabajo,
reforma, reforma, ninguna. Cosas si han hecho, no digo que no, pero
todas son parches para ahorrar cuatro duros aquí y allá. No han
tenido el valor de hacer las necesarias reformas que está pidiendo a
gritos el sistema sanitario en este país.
Hace
que no veo a uno de los muchos gestores de este hospital meses. Y
como nunca vienen y comprueban con sus propios ojos lo que realmente
está pasando, no tienen la menor idea del daño que están
provocando sus “reformas”. En un tiempo récord han conseguido
que la gente esté mas asqueada que nunca; que por la diferente vara
de medir con la que han aplicado los recortes entre los diferentes
grupos profesionales (médicos, enfermería,...) nuestra relación
haya empeorado sensiblemente; que cada vez tengamos menos aprecio a
esta, nuestra “casa”, y a la menor oportunidad les mandes al
cuerno y que se arreglen como puedan (“a ver si operan a un cuñado
y me saco unos días”); que..., en definitiva y lo que es mucho
peor, LES IMPORTE UN BLEDO LOS PACIENTES.
Hace
un año en la consulta que paso todos los miércoles veía más o
menos unos veinte pacientes. Desde las 9:00 de la mañana hasta las
13:00 horas. Ahora veo cuarenta como mínimo, lo que supone menos de
seis minutos por paciente, bastante lejos de los 10 minutos
considerados como el mínimo decente para prestar una asistencia
médica adecuada a un paciente. Pero lo peor no es eso, si no que al
día siguiente estoy mirando al techo porque no tengo ningún trabajo
asignado. Y en cuanto a la cirugía, tres cuartos de lo mismo. La
dirección decide rescindir el contrato a un grupo de compañeros que
operaban por las tardes para ahorrarse dinero. La consecuencia lógica
es el aumento de las listas de espera. Han tenido que morir varios
pacientes que estaban pendientes de ser intervenidos para que de
inmediato vuelvan a contratarlos y abran de nuevo los quirófanos de
tarde. Esto ha sido sólo tres meses después de haberlos echado.
Esta es la famosa “gestión a demanda”, en donde la planificación
brilla por su ausencia. También podríamos hablar de las
jubilaciones forzosas según para quien, y de tantas otras cosas de
las que incluso no me atrevo ni a hablar.
Cuando
buscamos un profesional del tipo que sea, todos queremos a alguien
que desempeñe bien su trabajo. Queremos un buen médico, un buen
mecánico, un buen abogado. Podemos elegir entre muchos e intentamos
informarnos de su competencia por diferentes medios. A los gestores o
políticos no los hemos elegido nosotros. Se van eligiendo entre
ellos, y por una ley que nadie me podrá rebatir, su aptitud para
gestionar lo que tienen entre manos va disminuyendo día a día,
gestor a gestor y político a político, según van cambiando su culo
de un sillón al inmediatamente “superior”. Esto, de facto, está
regulado por la primera ley del gestor o ley: “de aquí no me echa
ni Dios”.
APTITUD
DEL GESTOR = 1 / tiempo de ejercicio (o n.º de puestos por los que
ha pasado). O lo que es lo mismo, la aptitud del gestor es
inversamente proporcional al tiempo trabajado.
Esto
lleva inequívocamente a que la incapacidad de esta casta
privilegiada se expanda sin fin por todos los ámbitos de nuestra
sociedad. Que Dios nos coja confesados (ya que no es capaz de
echarlos).
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